martes, 4 de diciembre de 2018

Otoño, rozando el invierno

En un país vocinglero como pocos donde son escasas las veces en las que se contempla el disfrute del silencio como opción, me alegra constatar que para mí sigue siendo un enorme placer. Los días melancólicos del final del otoño, en un día laborable que los despoja de gente y en medio de la naturaleza, son ideales para ello. Y si además el lugar te alegra la vista, pues miel sobre hojuelas.


2 comentarios:

  1. El silencio, ese "grito impronunciado" que tanto bien hace a quienes solemos buscarlo como islote de descanso a esa algarabía diaria. Una foto genial que transmite precisamente ese silencio tranquilo. Un abrazo

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  2. Un texto muy adecuado para los amantes del silencio. Muchas gracias Luis y que sigamos disfrutándolo. Un abrazo.

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