Algo que puede cambiar nuestras vidas. Pero es cosa cierta que el dinero recaudado en loterías es inversamente proporcional a la salud económica del país. Y este es un país enfermo. Por eso se juega tanto. Es una salida, improbable pero posible, al sufrimiento de muchos. Y como la esperanza es lo último que se pierde, seguimos probando. Las largas colas lo evidencian.
De mi tercera salida por el centro de Madrid, esta vez con Cubi y Molina.
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